El mercado inmobiliario es un mercado dinámico y susceptible de estar afectado por otros efectos o elementos que perturban la tranquilidad del consumidor, como puede ser la tercera ola del COVID19:
Edades
No hay edades ni franjas concretas, cosa de otra época.
Seguridad
El mercado inmobiliario, como cualquier tipo de actividad económica, requiere una serie de garantías. La confianza en el proceso de compra-venta es imprescindible.
Responsabilidad social / ética
Este elemento es una preocupación en alza entre cada vez más personas, lo que mostramos, nuestros servicios, no solo es un elemente con el que ganarnos la vida únicamente, sino que, si además las hacemos con un cuidado y esmero responsable, añadiremos un valor adicional con el que conectar con el consumidor actual.
Tratamiento individualizado
Lo que tienen todos ya no es atractivo para el consumidor de la tercera ola. El aislamiento ha hecho que el usuario o comprador quiera sentirse con un trato personalizado a su medida.
Hiper-conectividad y atención multi dispositivos:
El usuario requiere poderse sentirse atendido por diferentes canales, no solo la presencia física.
Rapidez en las gestiones
La pandemia y la incerteza de la situación puede acelerar esa impaciencia. Lo quiero ya. Las esperas no se le dan nada bien al nuevo consumidor y menos en estas situaciones. No le importa pagar más para que el producto llegue al momento.
Información ante todo
Más informado que nunca. Los consumidores buscan, comparan y se informan a conciencia antes de comprar un inmueble deseado. Entender al consumidor es imprescindible.